miércoles, 7 de septiembre de 2011
Que algo tan sencillo lo vuelva todo tan complicado
Qué rápido parecen pasar los días cuando pasas las hojas del calendario. ¿No es cierto? Puedes avanzar y retroceder en los días, en las semanas, a tu antojo, hacia delante, hacia atrás, juega con él, tú controlas el tiempo.
No obstante el tiempo es algo que nadie puede controlar, algo que a veces pasa tan lento, aparentemente, y otras no obstante pasa volando. Es curioso ver, cuando estamos viviendo ese momento tan curioso llamado presente, cómo pasa el tiempo, el día a día, y cuán lejos vemos aquel día que queremos que llegue, el fin de curso, tu cumpleaños, una fecha especial... Sin embargo, cuando llega ese día, ese lapso de tan sólo 24 horas, pasa como si nada, y es cuando piensas, semanas, meses, para que llegue este día, y ahora, ¿qué?. Ya ha pasado ese día tan anhelado y miras atrás, y sólo ves un puñado de días indefinibles, todos iguales, de los que serías capaz de resaltar uno o dos sucesos importantes, porque el resto te parecería monotonía.
Hoy, es el día después de mi cumpleaños. Son las 2 y 10 de la madrugada y no puedo dormir, me levanté hacia el escritorio y cogí mi agenda del curso pasado, la ojeé y pensé "Cómo pasa el tiempo" y recordé cada día de instituto en el que pensaba, ojalá acabe ya el curso.
El curso acabó, llegó el verano, y hoy, 7 de septiembre, me quedan 4 días para cambiarme de ciudad y echar tanto de menos a aquellas compañeras de clase que, el año pasado, al querer que acabara el curso, dejaría de ver. Es por eso que me he planteado, a partir de ahora, vivir cada segundo como si fuera el último, exprimir cada momento de mi vida, y disfrutarlo al máximo, sea bueno o malo, porque cada experiencia que viva, será un conocimiento nuevo para mí, y sé que me hará ser mejor persona.
Es por eso que apreciaré cada décima que pase, para convertirla en tiempo encontrado y no en tiempo perdido.
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